La fragilidad del bien Imprimir

 

Rodolfo Arango, El Espectador 16 de noviembre de 2015

 

"Colombia pide a gritos una contrarreforma en su pensamiento de lo público y en la dirección política. En los albores del posconflicto no podemos ya más escudarnos en un pasado violento, oprobioso, que exigía toscos líderes y habilidosos estrategas, para justificar la trampa y la violación de la ley desde las altas esferas del poder, todo en aras de arribar a una ilusoria paz. Tampoco el pragmatismo desarrollista, de inversión extranjera ciega y sorda a las penurias campesinas, resulta viable como faro y guía de la política agraria en tiempos de reconciliación.


rodolfo


Menos aún la competitividad y la productividad deben orientar la educación superior en un pueblo necesitado no tanto de insertarse en la economía internacional, sino de reconstruirse en su tejido moral luego de siglos de ignominia y desprecio de la fragilidad humana."

Última actualización el Miércoles, 25 de Noviembre de 2015 06:49