Comunicados

Abril 23 / 2017

Comunicado del profesor Edgar Velásquez Rivera sobre publicación en diario local

Un burro hablando de orejas

 
En días pasados, en distintas fechas, en un diario local fueron publicados dos artículos titulados, ¿El cierre de un ciclo? y El placer de volver a casa, del exrector Danilo Reinaldo Vivas Ramos, en los que de manera artera agrede a la Universidad del Cauca, a sus directivos y transpira odio por la diferencia. Señala el exrector, entre otras cosas, de forma peyorativa y ofensiva que se trata de un tema de la “parroquia” con lo cual minimiza en términos superlativos la importancia del acontecer universitario en el contexto nacional e internacional. En un arranque de conspicua vanidad (propio de los fantoches) afirma haber tenido una “…fecunda carrera académica…” situación por lo demás falsa, pues los registros bibliográficos no reportan publicaciones suyas como libros evaluados por pares académicos o artículos publicados en revistas indexadas. Gran parte de su sibilina existencia la ha dedicado a la burocracia, donde tampoco ha sido fecundo.
 
A lo largo del mencionado escrito, el exrector sataniza y criminaliza la diferencia y expele un cierto tufillo macartista propio del anacrónico sindicalismo que impulsa ASPU. Así mismo, miente al manifestar que la investigación en la Universidad del Cauca ha retrocedido; por el contrario, previo desmantelamiento de la camarilla que él como Rector había montado en la Vicerrectoría de Investigaciones para favorecer las exultantes fantasías intelectualoides de una secta; hoy la Institución, muestra significativos e incontrovertibles avances en materia de investigación.
 
No es cierto como afirma el exrector Vivas Ramos que la actual dirección universitaria permita la “…intromisión de la clase política…” en los destinos de la Institución. Por el contrario, es él quien representa el arquetipo de la politiquería que, en su gestión se expresó, entre otras, de la siguiente manera: aplastó la autonomía universitaria, 12 años en la dirección de la Universidad del Cauca representó inercia, acomodamiento, clientelismo y estancamiento. Fue el exrector Vivas Ramos quien llevó a la clase política a la Institución, pues no de otra manera se entiende sus reelecciones en el cargo de rector y, a lo largo de su oscura gestión, quedó atrapado entre las fauces de sus patrones. Algunos de sus funcionarios fueron una vergüenza para la vida universitaria.
 
En el segundo de sus escritos, aparte de atacar a mansalva al rector Juan Diego Castrillón Orrego y al suscrito, el mencionado exrector Vivas Ramos desde su ambiente natural de lo premoderno y cortesano ofrece sus servicios a la Institución lo cual es un auténtico “regalo envenenado”. Su hirsuto artículo tiene el claro propósito de desprestigiar a una gestión universitaria que, en cinco años, transformó a la Universidad del Cauca cuantitativa y cualitativamente, y logró lo que él en doce años de mediocre gestión no alcanzó. Llama la atención la actitud miserable, cobarde y oportunista de los demás vicerrectores que no se pronuncian frente a los ataques a la gestión universitaria de la que hoy hacen parte.
 
Invitamos al señor exrector Vivas Ramos a hacer suficiente y pública claridad sobre la venta de un lote a una empresa privada en predios de la Facultad de Ciencias de la Salud. También lo invitamos a mantener el decoro y dignidad que supone el ser exrector de la Universidad del Cauca y no ofrecer este espectáculo circense al denostar de la Institución y sus funcionarios. Resulta triste su espectáculo ofrecido ahora como francotirador, con una versátil y acomodaticia condición ética y una opaca moral ajustada a su conveniencia, atacando a una administración que catapultó a la Universidad del Cauca en el contexto nacional e internacional y la sacó del ostracismo al cual él y su camarilla la redujeron en términos de la docencia, la investigación y la interacción social.
 
Atentamente,
 
Edgar Velásquez Rivera
Profesor
Universidad del Cauca.