ESPÍRITU DE INVESTIGADOR
Martes, Marzo 29, 2022
Juan Carlos Piñacué Achicué es egresado de Antropología; en sus experiencias laborales ha encontrado nuevos intereses que alimentan su espíritu investigador y escritor. Conoce a continuación su historia.

 “Elegí este programa, no porque quería” comienza explicando con voz tranquila y profunda, Juan Carlos Piñacué Achicué, egresado en 2009 del Programa de Antropología. “Cuando entro a estudiar por primera vez a la universidad, desconocía esta carrera; pasé a esa opción, dado que mi interés era Economía. Sin embargo, a medida que yo me voy adentrando cada vez más en las lecturas antropológicas, me llevaron a recordar esos encuentros de antropólogos que se relacionaron mucho con mi señor padre, Don Victorino Piñacué Quiscue y mi madre, Ana Beatriz Achicué. Ellos tuvieron mucho relacionamiento con antropólogos de trayectoria, por ejemplo, Segundo Bernal Villa, Elías Sevilla Casas, Joanne Rappaport” recuerda Juan Carlos sobre algunos de los antropólogos que incidieron en su carrera, generando en él, mayor interés en la materia.

Juan Carlos Piñacué Achicué, tiene sus raíces en Tierradentro, específicamente en el Resguardo Indígena de Calderas, ubicado aproximadamente a tres horas de la cabecera municipal de Inzá. Tierradentro es una región montañosa ubicada al nororiente del Departamento del Cauca y que comprende los municipios de Belalcázar - Páez e Inzá. Juan Carlos, realizó sus estudios de primaria en la cabecera municipal de Belalcázar y en 1994 se trasladó a la ciudad de Popayán, para concluir sus estudios de secundaria en el Colegio Champagnat. De su experiencia en la Universidad del Cauca rescata su carácter diferencial, en aplicar a los estudiantes un pensum y a la vez motivarlos a concretar proyectos de investigación, creando una conciencia reflexiva, mentalidad crítica y propositiva.

Gracias a su espíritu investigador y académico de su propia cultura, comenzó su trayectoria profesional vinculándose a la Corporación Nasa Kiwe en Popayán. “Ese fue mi primer ejercicio laboral e institucional de carácter público, relacionado con la gestión del riesgo” menciona Juan Carlos, sobre su primer contacto con el mundo laboral y en el cual fue encontrando nuevos intereses, como la gestión del riesgo, por su trabajo en el cañón del rio Páez, en la recuperación y rehabilitación de las vías, a raíz de la avalancha de junio del 94. Este trabajo le permitió recorrer su comunidad, los municipios y resguardos de la región.

Antes de viajar a Bogotá y motivado por interés investigativo, Juan Carlos estudió diferentes aspectos de los Pueblos Indígenas, empapándose de temas como: los sistemas organizativos de estas comunidades y La Jurisdicción Especial Indígena en el Cauca. De ese último tema realizó la publicación: “La aplicación de las justicias propias en un resguardo”, reflexionando sobre qué elementos conceptuales han venido usando y cuales han venido reevaluando las comunidades indígenas.

En 2009, él viaja a Bogotá a trabajar en la subdirección científica del Jardín Botánico, José Celestino Mutis. “Fue una experiencia enriquecedora porque me fui interesando también sobre el tema, sobre el uso y manejo de las plantas medicinales por parte de la población, llamándola de algún modo <<periferia>> de Bogotá” explica Piñacué sobre su trabajo en la capital, donde también hacia visitas a unidades integrales de agricultura y daba charlas sobre el uso y manejo de plantas medicinales. Posterior a esta propuesta se vinculó a la Corporación “CorporGamavida”, que se dedica a realizar intervenciones, consultorías y hacer planeaciones de vida a comunidades indígena. “Es así como me involucro con el pueblo Pijao, del municipio de Prado Tolima. Trabajé allá en ese municipio, con los Pijaos que están asentados allá; a quienes se les apoyó y re-direccionó con los destinos que debería seguir la comunidad, claramente con la plena participación de la misma comunidad” menciona Juan Carlos.

En el año 2012, se vincula a los procesos de la empresa Coca Nasa, una organización que se dedica a la elaboración de productos a base de la hoja de coca, como bebidas, pomadas, aromática, aceites entre otros. En este proyecto Juan Carlos, quien siempre ha propendido por la socialización de la hoja de coca para fines alimenticios y medicinales, comienza a explorar el tema del marketing de los productos de la empresa, de lo que comenta que: “es otro tema que me ha generado intereses en materia de investigación. Es decir, como a través de las experiencias laborales voy encontrando los temas de interés hacia la investigación”. En su estadía en Bogotá, al evidenciar la gran población indígena que habita la ciudad, reflexiona sobre su lejanía con el territorio, permitiendo preguntarse por las tensiones que ha enfrentado, llevándolo de la autocrítica a la revaloración de lo que tiene, en términos de conocimiento; es así como a partir de esta reflexión realiza la publicación en la Revista Tabula Rasa: “Pensamiento indígena, tensiones y academia”.

Posteriormente en el 2016, Juan Carlos viaja al departamento del Valle del Cauca para realizar una investigación sobre la primera infancia, del grupo de 0 a siempre (5 años), con la Secretaria de Educación de Cali y los cabildos Indígenas de la ciudad, analizando los procesos que las comunidades vienen proponiendo en temas de investigación y formación, procesos que evidencian que las comunidades indígenas tienen que aportarle a la ciudad en materia de planeación, economía, a través de sus propios proyectos. “En esa medida yo hice parte de la Secretaria de Educación Municipal, en la cual fui un enlace entre las comunidades indígenas y cómo ellas venían percibiendo la primera infancia; ahí se involucra la dieta, la cultura y como debe ser la enseñanza en términos de lo diferencial, a través de una acción sin daño” resume Piñacué, sobre sobre su trabajo en la ciudad de Cali, en la cual se desempeñó por aproximadamente seis meses. De esta experiencia, comenta que le permitió encontrarse con un concepto de territorio diferente, “me encontré que el concepto de territorio, ya no es tanto la tierra en sí misma, sino que es móvil, donde uno como persona es andante, es ir y venir, es estar en algún lugar por el solo hecho de ello, el cuerpo es su tierra, su tierra misma, su territorio. Donde va un indígena no necesariamente hay un territorio físico, sino móvil, representado en la presencia misma del ser” explica Juan Carlos sobre la reflexión entre la variable territorio y las comunidades indígenas en la ciudad; y del cual realizó un artículo que fue presentado en el último congreso de Antropología en Colombia y que será publicado en un dossier por la Universidad del Magdalena.

Desde junio de 2016, hasta la actualidad, se integró a la Agencia Nacional de Tierras, donde su labor se enfoca en la formalización de tierras a comunidades étnicas, negras e indígenas. Él explica que con las comunidades indígenas es en el marco del procedimiento de la constitución de resguardos, en la ampliación y saneamiento de los territorios; y titulación de tierras a consejos comunitarios de las poblaciones negras.; agregando que “así es como he viajado a nivel nacional atendiendo a las demandas que tienen las comunidades étnicas y la Agencia Nacional de Tierras, en las que yo he venido trabajando de una forma muy disciplinada”.

Cada experiencia laboral que ha tenido en su trayectoria ha despertado en él procesos de investigación que se van concretando en artículos. De esa forma, su interés actual se enfoca en el concepto de lo sagrado en relación con el territorio y cómo estas comunidades en el ejercicio de los reclamos y reivindicaciones territoriales han venido empleando en términos jurídicos, el término de lo sagrado.

Finalmente, a mediano plazo espera concluir con su maestría en Antropología, completar la tesis de investigación que está relacionada con la producción y comercialización con los productos en base a la hoja de coca. A largo plazo, plantea que desearía volver a su territorio, después de su experiencia del ir y venir entre las comunidades indígenas y las ciudades; para dedicarse más a la vida del campo, continuando investigando, llevando un plan de trabajo para allá, como un plan turístico sostenible y trabajar la tierra, de manera conjunta con la investigación, para no dejar el espíritu de investigador.

Por: Luis Eduardo Arévalo Inga

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