Mensaje sobre la celebración del Día de la Afrocolombianidad

Emitido por: Departamento de Estudios Interculturales
Dirigido a: Comunidad universitaria

21 de mayo, día de la afrocolombianidad.

A propósito de la Cátedra de Estudios Afrocolombainas “Rogerio Velásquez”

Jose Antonio Caicedo Ortiz
Docente Departamento Estudios Interculturales

Honrá la memoria de esos esclavisados que dieron su vida para que hoy vos fueras libre...
Anónimo

Cada 21 de mayo conmemoramos el día de la afrocolombianidad, un acto de memoria que reivindica las gestas de las poblaciones negras y que nos recuerda que el 21 de mayo de 1851, los antiguos esclavizados de la colonia, vieron en la ley de abolición de la esclavitud que se promulgó ese año, una luz de esperanza para vencer las antiguas cadenas coloniales que sometían a hombres y mujeres por su condición racial.

Pero más allá de los dolores antiguos y presentes, de los que nos recuerdan las huellas del viejo régimen, quiero resaltar el lado altivo y positivo de esta fecha tan especial para la memoria política de los y las afrodescendientes. Como dicen en algunas culturas africanas, muchas lluvias han pasado desde aquella promulgación de la ley de 1851, y muchas vicisitudes han sucedido en la vida de los afrodescendientes en Colombia: pobrezas extremas, marginalidad, discriminaciones, invisibilidad y otros tantos dramas asociados a la vida de los hijos de la diáspora africana en Colombia.

Sin embargo, es preciso recordar que en esta fecha muchos hombres y mujeres descendientes de africanos nos juntamos para reafirmar los viejos lazos de la solidaridad, la esperanza y la hermandad que nos unen entrañablemente y nos impide claudicar en la permanente labor de exaltar los legados ancestrales de esta larga experiencia, en la que la travesía diaspórica constituye el hecho más significativo, en esta epopeya de la memoria en la que recordamos el origen de nuestro pasado y nos permite entender nuestro presente.

Innumerables eventos, charlas, conferencias, proyectos, festivales, recitales, y todas las manifestaciones del arte y la cultura se hacen presentes en este día, para recordarnos que los quinientos años de soledad sobre la tierra, no han logrado vencer el ímpetu de los herederos de la africanía en estas tierras del olvido. La voz de los protagonistas de esta historia, hoy académicos, artistas, líderes, educadoras, poetas y escritores se oye en una especie de larga izada de bandera por todo el país. Se trata de conmemorar nuestra experiencia libertaria y celebrarla junto a nuestros hermanos indígenas, mestizos, judíos, gitanos que hacen parte de esta nación multicultural.

Esta fecha es una celebración de la memoria, para resaltar que las comunidades negras siguen resistiendo con tesón para vencer las nefastas continuidades de la colonialidad, pues en medio de las dificultades de los condenados de la tierra, están los proyectos que nos llena de esperanzas futuras y presentes por lograr una sociedad donde los prejuicios sean cosas del pasado. Una de esas batallas es la que se pretende adelantar en la Universidad del Cauca, donde se viene impulsando la propuesta de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos “Rogerio Velásquez Murillo”, una iniciativa que pretende difundir los conocimientos y saberes de las culturas afrocolombainas como parte de la formación humanística de los y las universitarias, con el propósito de reivindicar los aportes de estas poblaciones y contribuir a generar una cultura respetuosa de las diversidades étnicas y culturales.

En ese sentido, rendimos también un homenaje a quien fuera el primer etnólogo afrocolombiano profesional formado en nuestra aula mater, a finales de los años cuarenta. Sea esta una ocasión, un bello pretexto para conmemorar la memoria de este gran intelectual, uno de los pioneros de los estudios afrocolombianos en Colombia.

Lo que celebramos hoy no es una fiesta, sino la fecha más importante de la vida política de la gente negra en nuestro país. Nada más y nada menos, el día en que los grilletes y las cadenas dejaron de ser la cadena oprobiosa de nuestros pulsos del alma y del cuerpo, para dar paso al ansiado sueño de la libertad.

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