Sistema de Registro de Ponencias de la Universidad del Cauca, Encuentro enFormación 2017

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Primera infancia en Colombia: De su acumulado como política pública hacia su reconfiguración práctica para la educación inicial
Ana Maria Aragon

Última modificación: 2017-12-07

Resumen


En Colombia, a partir de la promulgación de la Ley 1098 de 2006, el país inició una marcha hacia la transformación de sus concepciones de infancia pasando de una comprensión de niño como sujeto de protección a una comprensión de niño como sujeto de derechos. Esta nueva mirada ha posibilitado, no sólo desde el discurso una serie de argumentaciones acerca de la responsabilidad del Estado, la Familia y la Sociedad sobre su desarrollo armónico, sino además y fundamentalmente, acciones que propenden por una atención integral de calidad en el marco de sus derechos fundamentales.

Una de las reflexiones derivadas del cambio de paradigma frente a las concepciones de infancia, es precisamente, el surgimiento del Conpes Social 109 (2007), Política Pública Nacional de Primera Infancia "Colombia por la primera infancia" la cual surge como resultado de un proceso de movilización social, orientada a dar un nuevo significado a la temática de oportunidades efectivas de desarrollo de la primera infancia en nuestro país. Cobra especial atención en dicho documento, las argumentaciones científicas, sociales, culturales, legales, políticas, éticas y las relacionadas con el desarrollo humano que fundamenta la apuesta de País sobre el desarrollo del individuo, siendo la primera infancia, el periodo de la vida sobre el cual se fundamenta el posterior desarrollo de la persona.

Desde esta nueva perspectiva de desarrollo, emerge consecuente con lo anterior, el concepto de Atención Integral como elemento constitutivo de la Política Pública, desde la convicción que el desarrollo de un niño o niña durante la primera infancia depende esencialmente de los estímulos que se le den y de las condiciones en que éste se desenvuelva, de ahí que sea necesario atender a los niños y las niñas de manera armónica, teniendo en cuentan para ello, los componentes de salud, nutrición, protección y educación inicial en diversos contextos (familiar, comunitario, institucional), de tal manera que se les brinde apoyo para su supervivencia, crecimiento, desarrollo y aprendizaje. Y es precisamente ahí, en el lugar de la atención integral, donde nace como estrategia gubernamental para su cubrimiento

De Cero a Siempre, en un llamado a las autoridades territoriales por establecer un trabajo de carácter intersectorial donde la protección, la salud, la nutrición y la educación inicial se garantice para todos los niños y niñas de la nación a través de una ruta integral de atenciones. Dicha ruta, se entiende como el esquema operativo que permite organizar las acciones y estrategias que deben ponerse en marcha para darle continuidad, coherencia, sistematicidad e integralidad, al proceso en la prestación del servicio de atención integral en los entornos Familiar, Comunitario, Institucional y Propio (étnico) donde el niño habita.

Si bien el país definió como una necesidad impostergable el garantizar la atención integral a los niños y niñas menores de seis años, asumiéndolo como un propósito intersectorial e intercultural, la Educación Inicial cobra un mayor protagonismo como estructurante de la misma, desde el llamado a que el sistema educativo logre articular desde una base curricular sólida, el propósito de potenciar las capacidades cognitivas, comunicativas y sociales de niños y niñas en su primera infancia.

Uno de los primeros elementos para responder a este llamado, tiene que ver con el marco normativo actual (PND), donde se establece y acepta que la educación inicial es un derecho de los niños y las niñas menores de cinco (5) años de edad y que el Gobierno reglamentará su articulación con el servicio educativo en el marco de la Atención Integral (artículo 55 y 56), sin embargo, dicha normatividad aún no deja entrever uno de los asuntos vitales para su operativización, y esto es, la acción pedagógica propia de esta etapa y la consecuente gestión del sector para su efectivo cumplimiento. Un segundo elemento como respuesta al llamado, trataría de volver a la reflexión de cuál sería el verdadero sentido de la Educación Inicial en tanto que ésta deba reconocer y validar la existencia de un entramado de elementos que configuran el desarrollo integral del ser humano en los primeros años de vida. En esta medida, se trata de un asunto que va más allá de lo semántico, pues compromete la manera en que se entiende la educación de las niñas y los niños en primera infancia y aquello que le es propio o que hace parte de ella (Peralta, 2007).

Finalmente, las estrategias de formación a formadores para los maestros como profesionales de la Educación Infantil (la condición de profesional de la educación no definida por un título universitario, sino en correspondencia a su desempeño docente) y la responsabilidad ética en el quehacer pedagógico, que implique moverse hacia territorios ideológicos que promuevan y fortalezcan la investigación como eje contextualizador para la transformación de prácticas cotidianas, fundamentadas y reelaboradas desde posturas no sólo de sentido común, sino además, teóricas en tanto lo disciplinar y pedagógico, dimensione desde la realidad sociocultural el verdadero sentido del Ser educador para la Primera Infancia.

En ese orden de ideas, la cualificación, si bien atiende a las exigencias socioculturales y a las nuevas concepciones de infancia que subyacen a los documentos marcos de política y a la misma realidad cambiante del aula como "aula viva" implica necesaria y definitivamente la humanización de prácticas instaladas en lógicas de objeto técnico-instrumental, hacia nuevas formas de nombrar lo que emerge en óptica de oportunidad real y material de redefinir su rol docente como profesional. A manera de conclusión, todo este recorrido ha partido de reconocer un cambio en la mirada deliberativa del campo de la niñez en Colombia desde su efectivo reconocimiento como sujeto de derecho en la sociedad, la particularización de su atención y el compromiso de país para su efectiva materialización. De la mano con elementos claves para su desarrollo integral en ambientes que garanticen protección, cuidado, salud y educación, se requiere de la implementación de acciones de carácter intersectorial e interinstitucional que hagan viva la política pública e integre en ella el valor individual de cada niño y niña como ser único, diferencial.

La educación inicial dentro de dicho marco, cobra sentido en la medida en que reconozca la diferencia en la diferencia (la singularidad en las singularidades), configure una propuesta pedagógica consciente y consecuente con dicha realidad y cualifique el Talento Humano desde el deber ser de la Educación como un bien Superior. El reto está en la verdadera comprensión del momento histórico por el que la Educación para la Primera Infancia atraviesa en nuestro país; el desafío sin duda lo constituye la formación de nuevos maestros con lógicas de pensamiento ampliadas sobre una niñez situada en humana condición.

 


Palabras clave


formación de maestros; políticas educativas; sentidos de la formación