El Panteón de los Próceres es un edificio que guarda desde 1940 las cenizas de los hijos gloriosos de Popayán. Algunos, participaron en la gesta y consolidación de la primera independencia de la República en 1810, representada en el Acta del 20 de julio de 1810, donde los patriotas prometieron guardar fidelidad al rey; así esta vez, la independencia de España no fue absoluta.

Otros próceres, cayeron en la segunda reconquista española, ocurrida de 1815 a 1819, bajo el mando de los realistas Pablo Morillo (1815-1817) y Juan Sámano (1817-1819), quienes trajeron consigo el Régimen del Terror. Este tenía un fin: difundir el terror y el espanto hasta el último rincón de la Nueva Granada; así Morillo y su tribunal de sangre idearon remitir desde Santafé a varias provincias a los reos (patriotas) condenados a muerte o suplicio, para que fueran a morir a su lugar de nacimiento o donde fueron figuras importantes. Seguidamente los realistas, impartieron muertes públicas y violentas a los patriotas y por si fuera poco, exhibieron en las calles principales y por muchos días, sus cabezas en jaulas de hierro que se alzaron en picotas.

Con todo, la segunda independencia definitiva de España ocurrió el 7 de agosto de 1819, con la Batalla de Boyacá. A partir de ahí las Provincias de la República experimentaron varias constituciones; guerras civiles y divisiones políticas entre centralistas (bolivarianos) y federalistas (santandereanos) hasta principios del siglo XX. En términos generales, este es el contexto que rodea a nuestros próceres.