Un reciente estudio realizado en el campus Tulcán de la Universidad del Cauca reveló que el entorno físico de las aulas —incluyendo factores como el ruido, la iluminación y la ventilación— tiene un impacto directo en el bienestar y el rendimiento académico de los estudiantes.

La investigación abarcó 74 aulas de cuatro facultades y combinó encuestas estudiantiles con mediciones técnicas. Aunque en general la percepción del alumnado fue positiva, los resultados identificaron varios puntos críticos que requieren atención.

Entre los hallazgos más relevantes, se encontró que el 62% de las aulas tiene problemas de iluminación, ya sea por exceso o falta de luz, lo cual dificulta la concentración y genera fatiga visual. En cuanto al ruido, aunque se mantiene dentro de los límites legales en Colombia, supera los estándares internacionales, interfiriendo con la atención de los estudiantes.

La ventilación fue otro de los aspectos clave. Solo el escenario con puertas y ventanas abiertas logró mantener niveles saludables de dióxido de carbono (CO₂), mientras que aulas mal ventiladas —especialmente si están llenas— tienden a calentarse rápidamente y perder calidad del aire. A pesar de que la temperatura y humedad se encontraron dentro de parámetros aceptables, el confort térmico se ve comprometido cuando el aula está sobreocupada.