Esta sede regional no es una extensión menor de la universidad: es un espacio clave en la apuesta por hacer presencia efectiva en el territorio, por descentralizar el conocimiento y por construir universidad en contextos atravesados por desafíos históricos y estructurales. Estudiar en el norte del Cauca es también un acto de resistencia y de compromiso colectivo.

Desde la academia, el reto no es solo formar profesionales, sino acompañar procesos que dialoguen con las realidades sociales, políticas, económicas y culturales de la región. Por eso, llegar a esta sede implica más que ofrecer programas académicos: es involucrarse con las comunidades, entender sus demandas, y participar activamente en la transformación del entorno.

La Universidad del Cauca tiene una responsabilidad con el territorio. Por eso es importante que quienes inician hoy su camino universitario se vinculen a esta construcción: haciendo preguntas, generando pensamiento crítico, participando en los espacios colectivos y defendiendo la educación pública como derecho y como bien común.

A ustedes, nuevos estudiantes, les decimos: bienvenidos y bienvenidas a esta comunidad. Que este proceso esté lleno de aprendizajes, pero también de conciencia, compromiso y sentido de realidad. La universidad no es una burbuja: es parte del país que queremos transformar.