Esta jornada, pensada como un espacio lúdico y de integración, tuvo como objetivo principal promover la actividad física, el deporte y, sobre todo, generar espacios de encuentro que favorezcan el bienestar físico, emocional y social de toda la comunidad universitaria.

La importancia de este tipo de actividades radica no solo en los beneficios físicos del ejercicio, sino también en su impacto directo sobre la salud mental. Estudios recientes destacan que la práctica regular de actividad física contribuye significativamente a la reducción del estrés, la ansiedad y los síntomas depresivos, al tiempo que mejora el estado de ánimo, la autoestima y la calidad del sueño. En este sentido, los espacios de recreación y deporte en entornos educativos se convierten en herramientas fundamentales para el desarrollo integral de los individuos.

“La universidad no es solo un lugar para aprender conocimientos académicos, sino también para crecer como personas. Espacios como estos permiten desconectarse de la rutina, compartir con otros y fortalecer la salud mental”, comentó uno de los participantes del evento.

La Carrera de Obstáculos fue un reflejo del compromiso institucional con el bienestar y la calidad de vida de su comunidad. Más allá del esfuerzo físico, la jornada se vivió con entusiasmo, alegría y un profundo sentido de pertenencia, reforzando valores como el trabajo en equipo, el respeto y la solidaridad.

Desde la Vicerrectoría de Cultura y Bienestar se continuará impulsando este tipo de iniciativas, entendiendo que el bienestar universitario va más allá de la infraestructura y los servicios: es una apuesta por una universidad más humana, saludable y conectada con las necesidades reales de quienes la habitan.